miércoles, 20 de febrero de 2008

Al límite

No lo aguanto más. Me siento atrapada, agobiada, asqueada y al límite.
Siempre he asumido que mi família no es normal. Pero una cosa es asumir eso y la otra es desear salir corriendo de tu propia casa. No me encuentro bien, y parece que me lo invente, ni siquiera me apetece sentarme en el sofa a ver la tele por un simple motivo: si hay gente nunca lo hago, y en esta casa no lo haré. No se puede hablar, porque se genera una tensión insoportable y yo voy tragando, intentando simular que no pasa nada. Y no puedo más. Y siempre ha sido así.
Me siento egoista. Cuando él se fue estaba bien. Y me molesta pensar que la relación entre mi madre y yo dependa de él. Ejerce un poder sutil y oculto difícil de detectar, sobretodo para mi madre. Pero yo lo detecto. Lo detecto porque mi casa solo es mi casa cuando no estan. Cuando estoy sola. Me siento asqueada, no puedo hablar, pero tampoco puedo callar. Así estoy, cargada de rabia que sale a trompicones con personas que no se lo merecen. Necesito irme. Lo necesito. No puedo mas. Necesito poder poner lo que me venga en gana en la tele, recoger la cocina al dia siguiente si me apetece sin que nadie me mire con despecho, necesito que me miren como a una mujer, no como a una niña. Necesito que me dejen en paz. Necesito un ambiente descargado, necesito poder hablarlo todo sin que haya temas prohibidos que sacandolos empeoraran mucho las cosas. Me siento atrapada. Grito en silencio pero nadie me escucha. No quieren escucharme. Es mas facil fingir. Eso sí, fingir con amor. Estoy harta. Y me siento pequeña, pequeña e impotente.

No hay comentarios: